Javier Orcajada del Castillo, Bilbo

El internacionalismo vasco

Existe una voluntad histórica intencionadamente sesgada difundida por las metrópolis invasoras del pueblo vasco respecto a su dimensión y trascendencia, haciéndonos creer que somos un pueblo de aldeanos incultos y aislados, quizá porque no nos han dado tregua. Tradicionalmente, nos han hecho las guerras potencias extranjeras: Francia, Inglaterra, Portugal y España y los vascos hemos sido nuestros propios espectadores y la realidad la han tergiversado los invasores, pues hemos tenido ministros y militares en España; somos los primeros en dar la vuelta al mundo, pescábamos bacalao en Groenlandia antes que los imperios. El Consulado de Bilbao desde 1511 ha impartido derecho y dado normas de comercio internacional al mundo entero. El mineral de hierro de Bizkaia se ha exportado a todo el mundo en barcos y tripulaciones vascas. Somos un país pequeño porque nuestros invasores nos han ido troceando; «divide et vince» para debilitarnos, pero mantenemos cada vez más viva la voluntad de nación independiente. Algo tendremos que siendo tan insignificantes y tan pocos, pintamos tanto en el mundo, y en España tiemblan cuando estornudamos. Tenemos el club de futbol más original y admirado por nuestra idiosincrasia, pues los futbolistas del Athletic son nacidos en Euskal Herria, en contraste con los equipos españoles y extranjeros que se nutren exclusivamente de mercenarios descendientes de mil leches... La fama del club trasciende al deporte, pues su afición e historia son admiradas en el mundo entero. En contraste con la política de fichajes planetaria de los equipos poderosos financiados por satrapías del petróleo para aparentar libertad. Nuestro idioma es el euskara, uno de los más antiguos que pervive a pesar de ser perseguido y bloqueado por leyes y jueces de la metrópoli, aunque la ciudadanía adulta vasca lo estudia en euskategis con pasión para recuperarlo, además de asignatura obligatoria en la Ikastola como método de aprenderlo y practicarlo, manteniendo vivo el amor por aberria.

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